Micros de gusanomios.

1- Los gusanomios.
Los gusanomios son seres muy importantes. Sin la existencia de ellos, el universo entero se comvulsionaría y provocaría una especie de reacción en cadena que lo aniquilaría en su totalidad.
-¡Mirad! ¡Ahí hay uno, mordiéndose las uñas!

2- Vida de los gusanomios.
La vida de un gusanomio no está carente de adversidades:
Cualquier día, pudiera parecerle su cumpleaños.
Cualquier mujer, pudiera parecerle la suya.
Cualquier lugar, pudiera parecerle su casa.
-¡Atención! Se acerca un gusanomio…

3- Linaje de los gusanomios.
Dentro de la raza de los gusanomios, existen dos grandes estirpes; Los rudimentarios y los desarrollados.
Mientras los rudimentarios se dedican a vivir de una manera drástica; Se pelean en combates a muerte, utilizan el raíl del tren como almohada, beben colonia, fuman pajaza y pierden sus vidas de manera natural en trifulcas de faldas y drogas.
Los desarrollados se dedican a escribir los percances de los rudimentarios, en historias mínimas que nadie lee.

4- Un gusanomio encuentra una cuerda.
¡Atención! Un gusanomio que encuentra un cavo de una cuerda, lo toma y comienza a tirar y a tirar...
Al otro lado de la cuerda, se encontraba atado un Microrelato.

5- Un gusanomio saltaba de alegría.
Un gusanomio saltaba y saltaba de alegría.
A fuerza de mucha experiencia, había descubierto la fuente inagotable de sustancia alegre, que todos los gusanomios portan, a veces sin saberlo, en su propia introspección personal.

6- Un gusanomio bien vivo.
Un gusanomio, al terminar su jornada laboral, fue pisoteado por su jefe.
En su casa fue aplastado por el noticiero de la televisión.
Se dispuso a cruzar el asfalto para buscar comida, y fue atropellado por un vehículo.
Fui a su entierro a dar el pésame a su gusanomia, y justo antes de enterrarlo, escuchamos una llamada que provenía del interior del ataúd.
¡El gusanomio estaba vivo!
Le dimos la enhorabuena, nos dispusimos a abandonar el camposanto y el pobre, fue machacado por un excremento de ave, que en ese momento volaba sobre nosotros.

8- El primer gusanomio.
Cuando Diós creó al primer gusanomio sobre la faz de la tierra, le exclamó: -¡Crecer y multiplicarse!-
El gusanomio miro hacia un lado y hacia otro, fijó la mirada en Diós y le replicó: -¿Y las hembras..., dónde están las hembras?-