Si Pitógoras levantara la cabeza, le resultaría imposible reconocer su teorema, después de que sus catetos se hayan convertido en verdaderos ejecutivos, y a pesar de que hayan cambiado tantos los tiempos, siguen con la parecida táctica de huir por la tangente en busca de hipotenusas con senos exuberantes.
Microrelatos, Hiperbreves e Historias cortísimas; Blog de LITERATURA MÍNIMA.
lunes, 13 de septiembre de 2010
miércoles, 1 de septiembre de 2010
El mono.
Después de diez largos años enseñando al mono para que escribiera algo coherente, toma su bolígrafo y comienza a escribir su vida como hombre… Un verdadero insulto para cualquier domador que se estime.
El escarabajo.
La locomotora.
Juan se casó con una locomotora. Durante veinte largos años viene sacando provecho de ella, fruto de un trabajar por cuenta propia que nunca le faltó. Algo acomplejado por la aparatosidad de su máquina, le hace no disfrutar casi nunca del perfecto amor.
Intolerancia aerostática.
El Joven Chín.
En la antigüedad existían sabios a los que se podía acudir en busca de consejo, este es el caso del joven Chín que carecía de padres, de tíos, de hermanos, e incluso de amigos a los que parecerse, con los que forjar su carácter. Un día decidido, fue a ver a el gran sabio Tzú.
"Vengo a ti porque necesito una regla en la vida"
El gran sabio meditó durante largo rato y finalmente explayó al joven: "Toma el horizonte…"
El niño se fue a orillas del mar, y esperó el adelantado atardecer. Tomó un trozo de esa línea recta que contrasta el mar y el cielo en diferentes tonos gris violetas, ese tramo lejano rojo azulado que asienta en el negro grisáceo de la esfera terrestre.
Desde entonces, no ha parado de bajar la marea.
"Vengo a ti porque necesito una regla en la vida"
El gran sabio meditó durante largo rato y finalmente explayó al joven: "Toma el horizonte…"
El niño se fue a orillas del mar, y esperó el adelantado atardecer. Tomó un trozo de esa línea recta que contrasta el mar y el cielo en diferentes tonos gris violetas, ese tramo lejano rojo azulado que asienta en el negro grisáceo de la esfera terrestre.
Desde entonces, no ha parado de bajar la marea.
Mi pijama.
Mi Pijama duerme solo, vacío, sin mí… Ahí en la friolera de la madrugada, de cuando en vez atrapa resfriados escandalosos. Yo por el contrario vivo en impecable estado de salud, calentito y sin uso, acurrucado en el cajón del ropero.
Disfrute verdadero.
Antes de nacer.
Se le antojó que la edad debería ser un dato por lo que queda y no por lo vivido. Así, a sus cuarenta comenzó a restarse. Al año siguiente de cumplir los cero añitos se fue enumerando con negativos.
A su precaria edad, todavía recordaba aquella estúpida preguntita que le hacían sus papás y que él, azorado, nunca encontraba respuesta: << ¿Dónde estabas antes de nacer?>>
Ahora ya esa cuestión era una evidencia.
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