miércoles, 1 de septiembre de 2010

Antes de nacer.


Se le antojó que la edad debería ser un dato por lo que queda y no por lo vivido. Así, a sus cuarenta comenzó a restarse. Al año siguiente de cumplir los cero añitos se fue enumerando con negativos.
A su precaria edad, todavía recordaba aquella estúpida preguntita que le hacían sus papás y que él, azorado, nunca encontraba respuesta: << ¿Dónde estabas antes de nacer?>>
Ahora ya esa cuestión era una evidencia.

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