Microrelatos, Hiperbreves e Historias cortísimas; Blog de LITERATURA MÍNIMA.
domingo, 15 de febrero de 2009
La miseria.
Enloquecida de envidia, al ver cómo su amado adquiría una pizca de poder, se acercaba a las puertas del palacete y mendrugo de pan que tuviera, se los arrojaba con toda su furia. Mientras, el amado la miraba impotente y desvalido.
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