domingo, 15 de febrero de 2009

Sopa de piedras.

Sacó de la misma olla a toda la familia. Mientras todos degustaban su plato, fui yo el único que me atreví a declarar:
-¡Esta sopa es de piedras!-
Entre un estrepitoso rechinar de dientes, me miraban todos como si yo fuese un loco.

2 comentarios:

Mayte S. dijo...

Que genial...genuia inspiración, me encantó.

Saludos, esencia.

Estelar dijo...

Gracias Esencia... El placer es mío. Amén de mi vanidad.. ¡A ver quién me aguanta ahora! Jajaja.

Un besito amiga.